"Con la palabra se ve lo no visto, o incluso lo no visible"-
EMILIO LLEDÓ. El silencio de la escitura

lunes, 8 de octubre de 2012

ACERCA DE "EL PORVENIR ES UNA ILUSIÓN"


Cuando se comienza a leer una novela uno es, en ese punto inicial, un equilibrista que atravesará ese hilo conductor que media entre las palabras que nacen de su autor y esa especial curiosidad como lector. Uno es, al principio de la lectura, sólo un mero y ansioso espectador de esa obra que  empieza a desentrañarse. Pero si  luego la narración nos atrapa y llegamos a sentir que sus personajes  nos estremecen y hay lugares comunes, reales o utópicos, donde nos reconocemos y sufrimos, soñamos, luchamos, amamos, reímos o  lloramos es, entonces, cuando el alma del lector se enraiza con el alma del autor.

Es lo que he sentido al leer la novela "El porvenir es una ilusión " de Horacio Bautista Beascochea a quien debo agradecer su generosidad al hacérmela llegar y tener así el placer de disfrutarla (otra de las cosas positivas de esta virtualidad que hace que casi nos rocemos a pesar de las distancias).
La novela, excelentemente escrita, nos presenta a los personajes en una época de desconciertos en Argentina en la que luchar por los ideales además de poner en peligro la vida arrastraba consigo también la estigmatización por un entorno que, por miedo o por indiferencia, señalaba a los que se comprometían en la tarea por conseguir una sociedad más digna como terroristas. "Algo habrán hecho " solía decirse  cuando alguien caía en las despiadadas garras de los que luego se ocuparían de hacerlo desaparecer "por el bien de la patria". Un lema que intentaba calar hondo en el sentimiento patriótico de un pueblo sometido y tan hábilmente manipulado por las dictaduras.
En ese entorno, el único camino que quedaba por recorrer era la ocultación de las ideas hasta en los círculos más cercanos. Convertirse en sombra y enfrentarse a los desafíos.  

En "El porvenir es una ilusión" se hace palpable ese camino entre la militancia y el oscuro camino de la lucha, en donde nacen relaciones jamás imaginadas, imprevisibles actos solidarios, encuentros entrañables que hacen que esa marcha entre el miedo y la responsabilidad por la lucha en favor de los derechos y libertades de un pueblo se dignifique.

Hay en la novela de Horacio escenas bellísimas, estremecedoras  metáforas del caos de una sociedad en la que el poder atenaza la libertad y sin embargo todo sigue transcurriendo dentro de una normalidad tenebrosamente anormal. De un tiempo en el que hasta las raíces de las hierbas en la pampa se negaban a renacer por el terror impuesto y sin embargo las calandrias se aferraban a las ramas secas y con su canto despertaban esperanzas.
Esa metáfora está hermosamente definida cuando el autor describe una fiesta circense en el pueblo al que acuden Martín Morales “El Negro”, el militante montonero prófugo, y el comisario. Allí y durante la  actuación de unos enanos malabaristas se mezclan, en el reducido espacio de una plaza, la alegría, el asombro, los estruendos, el suspenso, los temores y el recelo asomándose cauteloso entre los presentes. La vida y sus malabarismos. 
La ironía de unos sentimientos y unas relaciones contradictorias que surgen cuando la incertidumbre sobrepasa  los límites del ser humano.
Hay  sobre todo en las palabras de Horacio silencios que desgarran y sonidos que muchos, acaso demasiados,  aún intentan no oír.


Gracias Horacio. 

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias Beatriz. Emocionante devolución, sobre todo, viniendo de vos, por tu historia, por tus convicciones.

Un honor conocerte, lo sabés.

Beso grande!

Juan Herrezuelo dijo...

He ido inmediatamente al espacio de Horacio, para saber más, de allí vuelvo. Sin duda será un gran libro, pues Horacio es un excelente escritor, y con un grado de compromiso social que ya no es fácil de encontrar en las letras españolas. Un beso, amiga. Y gracias por las siempre reconfortantes y cariñosas palabras que has ido dejándome en el Loser desde el primer día que pasaste. Tu blog ha sido siempre muy especial para mí.

Raúl dijo...

Ahora iré yo a ver el blog del homenajeado. Esta faceta tuya de reseñista es tan buena como todas las demás, que ejerces con maestría.

Rochies dijo...

Lo suyo más que devolución es un prólogo.
Quiero una suya!
Con la de Horacio, me las ingeniaré por estos pagos.

maria candel dijo...

Esas palabras de "algo habrán hecho" me recuerdan tanto a otros momentos negros de otra dictadura, la que viví de pequeña en aquella España franquista y represiva, pero que trae recuerdos de infancia, pegados a sus tintas...
Un abrazo, querida Beatriz

Voy donde Horacio

Beatriz dijo...

A todos,

gracias por ese reconocimiento del buen hacer literario de Horacio. Mis palabras sólo tienen como objetivo transmitir el valor de sus palabras. Es él quien se lo ha ganado después de tener la suerte de poder disfrutar con su novela.
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Y una aclaración para Raúl, a quien agradezco su fidelidad desde los inicios.
Me cuesta dejar comentarios en tus relatos, pues la hoja sólo se me abre un poco y del texto sólo consigo leer las primeras líneas.

Como comprenderás me da mucha pena no poder leerte. Hablaré con algún experto en esto de la virtualidad para solucionar el problema y continuar disfrutándote.

miesntras tanto vaya mi abrazo