Su tiempo se había acunado en ese lugar donde la vida se diluye entre quimeras. Allí en donde la sinrazón desafía con astucia a la infelicidad, en donde se ignora que más allá del libre vuelo de las mariposas existen los hombres que encarcelan la razón y el pensamiento
No, ella no sabía aún nada acerca del desgarro ni de la desesperanza.
Sólo cuando esa oscuridad que la acorralaba le puso una escalera hacia la luz, porque el cielo se desnudaba de estrellas, descendió ansiosa por conocer qué era la vida.
Buscaba corazones para compartir latidos bajo las farolas y amor entre las piedras de las calles. Viajó con su mochila cargada de días inocentes y arrinconó el agotamiento de su asombro en una esquina acariciando las páginas húmedas y amarillentas de un libro que la bondad del viento regaló a su soledad. Y deletreó palabras que estremecieron su alma. Y supo del horror, de la injusticia, del dolor y de la muerte.
En aquel caos que empezaba a descubrir, en el ensordecedor sonido de la miseria humana, no alcanzó a oír el estampido que acalló su ilusión por conocer la cordura.
Algunos temieron, entonces, que ella empezara a pensar. A sentir.
9 comentarios:
Veo que lejos de alejarte de la poesía, tus viajes la alimentan y también te haces el tiempo de postear.
Admiro tu constancia desde este rinconcito de silencio en que me he refugiado y me cuesta abandonar. Quizá el taller que retomaré me empuje al intento de volver?
Te ves bien reflejada en ese poema anterior. Y el personaje de este texto se ha asomado a los libros... sí, algunos tienen razón en temer lo que vendrá.
Un beso.
me gustaría ver que tu avatar sonríe...
es mucho pedir?
Te abrazo
Tus palabras rezuman una tristeza delicada...bonitas palabras, llenas de sensibilidad....que supongo dicen mucho de quién eres....es un regalo leerte y contagiarme un poquito de tu mundo,un abrazo!
Hacía mucho que no me encontraba con letras que celebrase haber hallado. Gracias.
Perder la inocencia y descubrir la realidad, algo que no debería ser así, pero que normalmente nos descubre a su vez el dolor.
Me siento identificada con tu escrito, muy hermosamente cosido y bordado, por cierto.
Un beso, querida Beatriz :)
El tiempo de la inocencia suele terminar, pero no necesariamente debe empezar el tiempo de la angustia. Hay estadíos intermedios y siempre cabe sostener la esperanza.
Un beso grande.
Estupendo texto. Y qué magnífica esta frase tan poética: "Viajó con su mochila cargada de días inocentes".
Me alegran muchísimo los regalos fuera de las fechas marcadas por calendarios. Lo imprevisto.
Tus comentarios tienen esa cualidad de sorprenderme.
Los guardo en esa "mochila cargada de días inocentes"
Un gran abrazo.
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