"Con la palabra se ve lo no visto, o incluso lo no visible"-
EMILIO LLEDÓ. El silencio de la escitura

sábado, 9 de febrero de 2008


CARTA A UN PAÍS Y SUS GOBERNANTES

Queridísima República Argentina , te he estado visitando durante casi dos meses, desgraciadamente no por motivos turísticos, que ya me hubiera gustado, (me siguen cautivando tus paisajes y tu gente) y a mi regreso me he sentido obligada moralmente a escribirte esta carta.
Tú, entrañable país, sé que no sabrás quien soy. Hace mucho tiempo unos “señores” me dijeron que tenía que irme y ahora son cada vez menos los que me recuerdan. Pero eso sí, los afectos que aún me quedan ¡qué intensos momentos me hacen vivir! Entre esos afectos de los que aquí voy a hablarte están mis padres, humildes, acogedores, argentinos de una clase media que ahora ha pasado a ser parte de los desprotegidos del sistema. Ellos, como tantos otros respetabilísimos ciudadanos, trabajadores de toda una vida, respetuosos de sus leyes y sus compromisos, son el último eslabón de una cadena de injusticias. Tan perversas como lo fueron en su momento las que provocaron secuestrados, torturados y exiliados. Es en ellos donde se nota, querido país, que los gobernantes que te han prometido y te siguen prometiendo un paraíso, sólo te disfrazan ante el mundo. Te han convertido en un caos, en un desorden generalizado. Eres el país del absurdo, y como tal, no hay argumentos válidos para poder sacarte de ése ovillo tan enredado en el que se han convertido todas tus instituciones. Y es por todo ello que me he atrevido a escribirte, aunque tú ya no me recuerdes como te lo he dicho al comienzo. Por la gente que aún quiero, por que eres la tierra donde nací y quiero sentirme orgullosa de ti, aunque hoy tenga un pasaporte español, he aquí mi otra carta dirigida a los que te gobiernan:

EXCELENTÍSIMOS SEÑORES GOBERNANTES.
Sra. Cristina Kischner
Sres. Ministros, Diputados, y demás responsables de la dignidad y bienestar del pueblo.

He pasado los dos últimos meses en ése país que Uds. dirigen, viviendo experiencias que espero para bien de sus ciudadanos no se repitan. Y he aquí mi pregunta, motivo principal de ésta carta ¿saben Uds. cuantos enfermos se mueren en los hospitales por falta de recursos? ¿Tienen información de la falta de asistencia de mutuales como el I.O.S.E.( INSTITUTO OBRA SOCIAL DEL ESTADO , (o del EJÉRCITO que más da) que ha dejado a miles de enfermos desamparados? ¿Enfermos que durante años trabajaron para el estado haciendo sus aportaciones tal como mandaban las leyes y que ahora, como en el caso de mi padre con una enfermedad crónica en su fase final y cuando sólo necesita para tener una muerte digna un aparato para poder suministrarle un alimento, se le niega?
Les informo que a lo largo de los 60 días que he estado allí he enviado 5 expedientes a las oficinas del I.O.S.E con sede en Río Cuarto, expedientes que luego y según nos informaba pasaban a las oficinas de la delegación en Córdoba y lo que en teoría se otorgaba, luego se le denegaba. No hemos recibido ni una las asistencias obligatorias ni ayudas económicas de esta mutual, y me equivoco cuando digo ayuda porque todo lo que mi padre necesita ya está pagado a lo largo de tantos años de aportaciones.
Señores gobernantes, desde la sala del hospital adonde mi padre se muere por que una institución del estado se niega a darle algo (reitero, ya pagado ) que mitigaría su sufrimiento, he tenido la ocasión de ver a la Sra. Presidenta recibiendo a la bellísima modelo Naomí Campbell y no he podido reprimir mis náuseas.
Las leyes y la ética médica, creo entender, establecen que cuando se deja morir a alguien expresamente, por falta de asistencia o privación negligente de alimentación, aún cuando ésta hubiera de suministrarse de manera artificial, se está cometiendo un grave delito contra la vida. ¿Asesinato?
Señores representantes, espero que se hagan eco del contenido de esta carta no sólo para que mi experiencia personal sirva para solucionar éste problema, sino para que muchos enfermos sean tratados como exige la dignidad de las personas. Cuando esto suceda, recién entonces tendré el enorme placer de recomendar que visiten ése, por otros motivos, maravilloso país que es Argentina.

A vuestra entera disposición

(Imagen: Manuscrito bizantino del siglo XII en el que está escrito el Juramento Hipocrático en forma de cruz. Biblioteca Vaticana)