"Con la palabra se ve lo no visto, o incluso lo no visible"-
EMILIO LLEDÓ. El silencio de la escitura

viernes, 27 de julio de 2012

LA SILLA





Ella
 me espera
vestida de óxido
retiene aún 
la hojarasca del  pasado
la silla 
me sobrevive
fui yo
quien se alejó
y murieron otoños
y abrigada en cenizas
a mi sombra
se le olvidó el regreso.


IMAGEN: Google

miércoles, 11 de julio de 2012

EL COLOR DE LA DISTANCIA

                             

  Las grandes distancias inspiran las mayores ilusiones"
                                                                                                       Paul. Theroux 




el exilio
presiente el sur
un puente de mariposas
colorea el aire
abril
deshoja el tiempo
abrevia lejanías
Tuyas. Mías
Perdurables.


la melancolía
atraviesa estaciones
aromas de glicinias
perfuman el regreso
la distancia
vestida de violeta y malva
entrecomilla eternidades
Mías. Tuyas.
Indelebles.

lunes, 2 de julio de 2012

QUIMERA




Cada atardecer ella camina hasta la vieja estación de tren. Viste faldas vaporosas que se ondulan al ritmo de sus caderas. Pinta sus labios con un rouge que resalta su sensualidad. Huele a lavanda su piel. Es bella. La más bella de aquel pequeño y apenas habitado pueblo.
Se sienta en el único banco que queda aún del discurrir. Y espera.
Oye el pitido que anuncia la cercanía del convoy. Camina por las desgastadas baldosas del andén. Se acomoda la melena hacia un costado, repasa el rouge de sus labios, levanta su mano derecha y saluda. Lo presiente. Presiente su mirada, profunda, misteriosa. Como el misterio de la noche en que se amaron. Noche sin luna. Noche cómplice. Y el ensueño se entrecomilla en el paso de ese tren que ya no se detiene. Hace tiempo que dejó de hacerlo. Pero ella sigue viéndolo, allí, eternizado sobre las líneas paralelas. Aún retiene el estremecimiento del instante. El de la brevedad que se eternizó en el andén. Y el del adiós que no espera la recompensa de un después.
Anochece. En el cielo una nube retrasada se desliza como un suspiro y arrastra con ella la oscuridad que cubrirá la soledad de aquel pueblo.  Y sobreviene el silencio.
Las golondrinas con sus vuelos dibujan, para ella, trayectos invisibles en el aire. Mágicos. Como el del tren por la vieja estación.
Su mirada se pierde en la lejanía. Y regresa y guarda celosamente su secreto.
En el pueblo nadie sabe que ese tren a veces... se detiene.