...*no es tiempo de
buscar, 
tal vez, tampoco es
tiempo de encontrar 
pero existen lugares
donde la vida late*... 
de “El tránsito del
día” de Maria Cinta Montagut
...y
la noche llega y el  árbol expande su frondosa copa. Se lo pide la
oscuridad  que sabe  del desamparo.
Una
araña sueña sobre el laberinto de sus hilos, un coro de grillos
entona su última sinfonía  junto a una ventana..., dentro  un
hombre y una mujer se aman 
La
naturaleza detenida en la serenidad del descanso.  Y la belleza se
multiplica. Generosa.
Bajo
el árbol un agotado viajero.  Sobre  sus encorvadas espaldas el peso
de su historia  y alforjas cargadas de utopías. Es el   hombre
huyendo  del hombre, de su  imparable codicia.
Siente
el abrazo de las raíces, el amparo del árbol. Y  llora.
No es su llanto 
lamento de  perdedor.   Son  lágrimas de un sabio que ama la
belleza, que presiente su intensidad. Que se reencuentra. 
 Y goza. Late.
Siente.  
Y mira el camino por
el que  jamás  regresará a la otra orilla, allí  donde el tiempo
se cubre de cenizas y los cuervos eternizan   su vigilia desde la atalaya de los enmascarados.
imagen seleccionada en Google
