UN DESAYUNO ESPECIAL
Mamá era imprevisible y ocurrente. Yo estaba atravesando el estrago emocional que deja un desencanto amoroso encerrada en mi dolor. Nada era para mí más importante ni significativo. Sus esfuerzos para que continuara con ilusiones y proyectos eran en vano.
Aquella mañana, acostada en mi cama, mirando sin mirar todo aquello que me rodeaba, oía su voz que me llamaba desde la cocina. 0ía su alegre voz.
-¡Martina ,el desayuno está listo!
Mi cuerpo se resistía a empezar el día, pero el olor de las galletas que cada mañana cocinaba mi madre para el desayuno al fin me convencieron y me dirigí al comedor.
Mamá y papá me estaban esperando, también mi hermana Laura. En sus rostros se percibía una cierta complicidad.
Me senté en el lugar que siempre ocupaba por orden generacional, o sea al lado de mi padre. Les di a todos el acostumbrado buenos días casi sin levantar la cabeza. Sobre la mesa el bello mantel que mamá acostumbraba poner para las grandes celebraciones y que siempre acompañaba con sus clásicas recomendaciones:
-¡Cuidado con mancharlo!
En el centro de la mesa un florero con jazmines que Laura acababa de recoger de nuestro jardín y a su lado la antigua bandeja de plata, herencia de nuestra abuela y dentro de ella una tarta, una improvisada tarta que rompía lo selecto de aquella puesta en escena. ¡Una enorme tarta con forma de culo!
Otra vez mamá haciendo lo imposible por devolvernos la sonrisa, y aunque era una buena cocinera, el diseño culinario nunca mejor dicho, no era su especialidad. Pero el texto escrito con mermelada de fresas sobre aquella improvisada mezcla de harina huevos y mantequilla era lo suficientemente cariñoso y explícito “El amor empieza en el corazón, y el desamor se arroja por ...”. Y sonreí mientras observaba la complicidad de mi familia.
texto:Beatriz
En el centro de la mesa un florero con jazmines que Laura acababa de recoger de nuestro jardín y a su lado la antigua bandeja de plata, herencia de nuestra abuela y dentro de ella una tarta, una improvisada tarta que rompía lo selecto de aquella puesta en escena. ¡Una enorme tarta con forma de culo!
Otra vez mamá haciendo lo imposible por devolvernos la sonrisa, y aunque era una buena cocinera, el diseño culinario nunca mejor dicho, no era su especialidad. Pero el texto escrito con mermelada de fresas sobre aquella improvisada mezcla de harina huevos y mantequilla era lo suficientemente cariñoso y explícito “El amor empieza en el corazón, y el desamor se arroja por ...”. Y sonreí mientras observaba la complicidad de mi familia.
texto:Beatriz
4 comentarios:
jajajaj que linda historia :D y que cierto es lo que dijo la mama:D lo unico malo es q no es tan facil :D Saluditos
Si ha servidor para arrancar una sonrisa ha valido la pena el relato.
Lo único que no falla en este mundo es una buena madre; pero si ya lo aderezas con la familia y una buena tarta´l culo, ¡la mezcla es inmejorable! Enhorabuena.
Me ha encantado tu comentario.Creo que con este relato he conseguido aumentar las estadísticas del buen humor,jajaja.. objetivo cumplido.Leeré tu blogg.Gracias
Publicar un comentario