Aquí estoy. En la orilla de otro mundo, encogida en esta playa, oyendo el eco de la soledad en una solidaria caracola, disfrazándome de alga para empaparme de mar.
Una ola parece reconocerme y se acerca. Es enorme. Coquetea con otras olas. Juega. Me roza y se aleja convertida en espuma. Imagino que es la misma que nos sorprendía y nos servía de excusa para enlazarnos, para apretar nuestros cuerpos.
En algo nos parecemos. Ella se deshace al golpear entre las rocas. Y yo me deshago al estrellarme en los recuerdos.
Como la ola, tú y yo, fuimos inmensos y nos agotamos antes de alcanzar el horizonte. Naufragamos. Fue en vano buscarnos. Nos habíamos consumido, como se consume la arena entre los dedos de la mano hasta desaparecer. Y la marea nos sorprendió en distancias inalcanzables. Tú en tu playa y yo en la mía.
Tan lejanas que nos invadió la ausencia y fue demasiado tarde para rescatar nuestros amaneceres, la humedad de tu sombra sobre la mía y el desliz de tus dedos en mi espalda buceando el infinito.
Tarde el fallido intento de detener el instante en que la ola se disolvía en partículas. La esperanza en desgarro.
Tan tarde para recuperarnos que me ha sorprendido la noche y sueño que otra ola se acerca y te regresa, que me descubres entre las algas, que volvemos a enlazarnos y reconozco el sabor a sal en tu boca.
Y que me convences que amanece.
Fotografía: Dassie Darko
11 comentarios:
Cuánto cuentas en tan breve relato y qué acertado el juego de relaciones que estableces entre las olas y un caudal de sentimientos: complicidad al acercarse, ternura en el roce, memoria, pasión, grandeza, agotamiento, quiebra, paso del tiempo, distancimiento, ensoñación... Se oye el mar y la espuma en unas palabras que parecen susurradas por esa esa caracola.
Juan,
En el juego placentero de la escritura a veces nos basta una palabra para emocionarnos.
Tal vez no nos sean necesarias demasiadas para definir la sencillez de la vida.
Me halaga el encontrarte en mi refugio-
Gracias -
La vida como la vivis
Un poco de todo, sobre mi, mis ideas, mi vida y pensamientos, para compartir con quien asi lo quiera. Para saber que no estamos solos en este mundo virtual, que podemos hacerlo más real y más cercano.
http://lavidacomolavivis.blogspot.com/
Me gusto el tuyo, espero te guste el mio. Beso
Las olas del mar, su vaivén, nuestras vidas, pero el mar se deja contemplar, nuestra vida, debe vivirse.
¡Qué delicadeza en tus palabras y qué profundidad!... Pasar por tu blog es como acercarme a un lugar donde me siento cómodo y confiado, e inevitablemente se sabe que es imposible no regresar. Gracias.
Bonito relato lleno sensubilidad. y sentimientos,me ha gustado mucho.
Gracias por tu visita Beatriz
tan triste como hermoso. Me colmó de imagenes.
Beatriz,
fue uno de los textos más hermosos que haya leido en mi corta vida. Es increíble la manera en la cual logro comprender tus sentimientos; es como si yo estuviera ahí.
Muy hermoso.
Pero fueron olas...
Somos quizás el recuerdo de lo que no pudo ser, pero mientras fuimos, el mundo nos perteneció, lo que no es poco.
Como el mar, todo vuelve.
Un beso.
Qué bien acaba, cuánto poesía en la última frase.
A todos:
Leyéndolos me queda la sensación de estar rodeada por vosotros en una amena charla entre amigos en donde las emociones y la complicidad en la manera de sentir la vida nos va convirtiendo en imprescindibles los unos a los otros.
Las palabras nos enlazan.
Me siento orgullosa de que esta manera tan aparentemente fría que es la virtualidad, nos haya servido para unirnos a través de la imaginación-
Os lo agradezco-
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