"Con la palabra se ve lo no visto, o incluso lo no visible"-
EMILIO LLEDÓ. El silencio de la escitura

martes, 10 de marzo de 2009

EL ESPEJO


Hacía tiempo que no sentía curiosidad por encontrarme con el pasado. Quizás por que la vida va pasando tan de prisa y llenándome de presentes que no me deja momentos para recuperar ayeres.
Pero hoy encontré la cartera de charol blanca que me comprara mi madre la víspera de la fiesta de mis quince años y que celosamente guardaba junto al vestido de plumettí, el que tan sutilmente remarcaba, entonces, los primeros brotes de mi cuerpo. También estaban mis primeros tacones y un álbum con las fotos de aquel cumpleaños junto a las dedicatorias que me recordaban instantes de mi recién estrenada juventud. Todo bien conservado, en una bolsa de gasa blanca, con un delicado olor a lavanda de papeles perfumados que mi madre siempre renovaba.
Abrí aquella cartera y cuando lo vi tuve la sensación de que en él había quedado mi tiempo detenido.
Estabas allí. Casi pasabas desapercibido entre papeles, flores secas y cintas doradas que en su momento enlazaron algún sentimiento. Y nos miramos. Es decir me miré en tí y creí, al verte, que aún guardabas mi adolescencia. Que nuestros momentos no se habían escapado de tu marco. Por que eras tú quien, en aquellos maravillosos años, contemplabas mis lágrimas arrancadas por un incipiente desamor, el que asombrado me mirabas cuando adornaba mi piel, mis labios y mis ojos a escondidas del resto del mundo. Tímidez sólo contigo compartida. Nadie supo mejor que tú de mis complejos y para ti ¡hasta mi nariz tenía cierto encanto.!
Pero hoy cuando me he mirado otra vez en tu brillo desgastado no he visto la luminosidad de mis ojos ni la tersura de mi piel. No he podido encontrarme. No has sabido conservar aquel rostro que me pertenecía. No, tú no has guardado mi rostro ni yo he querido reconocerlo. Haz borrado mi tiempo... !ahora no te necesito¡

Imagen: Google


4 comentarios:

Jim dijo...

No sé qué decir. . . como yo me plante en los 22!!!, jajaja, sigo eternamente en esa juventud. . .

Hace poco se deshiló una cazadora que tenía desde los 16 años. . .menudo disgusto!! puf!! . . .que lastima de prenda. . .que recuerdos.

¡¡¡Al día siguiente me fui a comprar una lo más parecida posible!!!, y cada vez que me la pongo; sigo en aquella época.

Besos

Beatriz dijo...

Escribí este post, después de comprar un espejo para llevar en mi bolso en una tienda de chinos(las que venden todo bueno, bonito y barato)Cuando llegué a casa y me miré,era de aquellos en que no sólo te ves los poros de la piel, sino que te descubre hasta las células. No fue nada agradable. De cualquier manera me sirvió para imaginar una historia. Y digo "IMAGINAR". No soy de las que piensan que todo tiempo pasado fué mejor. Saludos actualizados.

Jim dijo...

Yo todavía, y digo todavía, con la esperanza de que algún día "madurare". . . ya que a día de hoy, soy de los que piensan que "todo tiempo pasado fue mucho mejor".

Besos
Jim

Beatriz dijo...

Hola Jim, Creo que la juventud depende más de tu manera de ver la vida que de los años que se tengan. Otra cosa es el deterioro físico irremediable e imposibble de detener por leyes naturales (Claro que ahora podemos acudir a una clínica de estética y te cambian la cara y todo lo que haga falta). Más de una vez me ha quedado extasiada ante un persona mayor, en ése escalón final de la vejez, con una envidiable estado de ánimo, atreviéndose a ponerle freno a la decadencia y alegría a esa "Eterna juventud", que no se consigue ni con la más cara de las cosméticas. Besos