"Con la palabra se ve lo no visto, o incluso lo no visible"-
EMILIO LLEDÓ. El silencio de la escitura

miércoles, 14 de enero de 2009

EL PACTO


Había viajado durante toda la noche desde su pueblo natal hasta el aeropuerto. El vuelo que Pietro esperaba tenía una considerable demora. Lo anunciaban por megafonía. Buscó entonces una cafetería, se sentó junto a la ventana desde donde se divisaban las pistas, y así, con la visión de los aterrizajes y despegues, su ansiedad disminuía. Abrió un bolso de color negro, desteñido y desgastado con el paso de los años y sacó un álbum de fotos. Todo lo tenía guardado desde aquella despedida hacía ya cuarenta años. Era en ese bolso donde él, con apenas doce años, llevaba las galletas de mantequilla que le preparaba su madre y que saboreaba con placer durante la hora del almuerzo en su primer trabajo, y creyó sentir aquel olor.
Apenas si ganaba lo suficiente para ayudar a su padre en los gastos que ocasionaban sus estudios. Muchas veces estuvo a punto de renunciar a esa humillación primera de la falta de reconocimiento económica por el trabajo que realizaba, pero la situación familiar no le permitía ningún tipo de reivindicaciones. Además, el ejemplo de su padre, hombre de madrugadas y manos curtidas, ennegrecida piel de carbón y sueños en vigilias desde las entrañas de la tierra, sin reproches a la vida, sabedor sólo de experiencias y responsabilidades pero agradecido y orgulloso de todo lo que el tiempo le iba regalando, había creado en él un espíritu de sacrificio por el objetivo que se trazara en la vida. "Nada se consigue sin esfuerzo" le decía. Esto fue casi un lema familiar. Pietro continuaba recordando mientras hojeaba el viejo álbum de fotos que había traído en el bolso. Instantes recogidos en papel que le devolvían todo un tiempo. Secó una lágrima perdida con el pañuelo color violeta que llevaba, con orgullo, en el bolsillo superior de la chaqueta.

El avión que traía a Francesco, desde el otro lado del Atlántico, tenía un vuelo de sobresaltos. Una fuerte tormenta y las inevitables turbulencias le impedían conciliar el sueño. Trató de leer un libro que llevaba guardado en su, también, viejo bolso negro. Allí estaba, entre sus hojas, una amarillenta hoja de cuaderno con un texto firmado por Pietro, aquel día del "Hasta siempre". Él había destacado por su excelente caligrafía y habilidad para escribir. Fue precisamente Pietro quien escribió la primera carta de amor que le entregara a su primera chica a la que conquistó por las hermosas palabras de su amigo, que no por sus encantos. Esto lo supo años después, cuando fue capaz de confesárselo a Sofía, con la que luego se casaría pese al disgusto de su madre, la modista del pueblo, que siempre quiso para él a aquella vecinita tímida del barrio que le ayudaba a zurcir las ropas viejas. "Ésa es una mujer de ciudad", le decía entre hilvanes y besos de desayunos, "y esta gente ya tiene la vida demasiado gastada ". Pese a ello Sofía fue su mujer durante diez años. Hasta que un día la vida le recordaría las palabras de su madre. Tenía sí, la vida demasiado gastada y se fue muy pronto. El vuelo se había tranquilizado y entre recuerdos fue quedándose dormido. El pañuelo que tenía en el bolsillo de su chaqueta guardó la húmeda constancia de la lágrima que trataba de ocultarse.

En el aeropuerto, Pietro casi adormecido por la espera y con el viejo álbum de fotos en sus manos, reaccionó cuando escuchó por megafonía que el vuelo 3542 de la compañía Alitalia acaba de aterrizar. Guardó el álbum en el bolso y antes de cerrarlo sacó un pequeñísimo frasco con perfume que llevaba allí tan sólo para volver a usarlo en este preciso momento. Lo olió, mojó sus dedos y los pasó por su cuello y por las solapas de su chaqueta.

El avión iba aproximándose al aeropuerto. Francesco respiró aliviado cuando escuchó la voz del comandante que decía "Señores pasajeros, hagan ustedes el favor de abrocharse el cinturón de seguridad que estamos preparándonos para iniciar el aterrizaje". Cerró el libro que había quedado abierto sobre sus rodillas, pero antes de guardarlo en el viejo bolso leyó la carta que Pietro le entregara el día de la despedida”...desde allí adonde estuviéramos, cuando hayan pasado cuarenta años y si la vida nos lo permite, nos volveremos a encontrar a las 6 de la tarde en el aeropuerto de ésta ciudad. Solo hará falta que llevemos con nosotros el bolso negro que compramos con nuestro primer sueldo en la carnicería del pueblo, un pañuelo violeta en el bolsillo de la chaqueta que recuerde nuestras charlas de verano en el patio de mi casa debajo de la enredadera de glicinias, y un pequeño frasco con el perfume que hemos compartido ( tantas veces) como anzuelo para lanzarnos al placer de alguna conquista. Serán estos restos de momentos vividos, sentimientos y olores de juventud guardados en nuestros bolsos, mudos testigos de nuestro reencuentro. Y así nos reconoceremos”, concluía con una distinguida firma y una fecha. Antes de recoger su abrigo del maletero, también él perfumó su chaqueta. Mientras bajaba las escalerillas del avión, apoyado en su elegante bastón y con la mirada extendida, buscando el presente de un viejo pacto se dijo "Ha sido un largo y agradable viaje al pasado pese a las turbulencias".

Pietro bebió el último trago de agua que quedaba en la botella para poder digerir su diaria ración de medicamento. Llamó desde su teléfono a María, su mujer, para tranquilizarla por la demora. Ya de pie y a través de los cristales sintió la proximidad de otro tiempo. Se estremeció.
La espera aunque incómoda, pensó, siempre nos deja instantes para recordar.
[Este relato tiene, como parte de un juego literario, otro final redactado por Jim]

14 comentarios:

Rous dijo...

Holaaaa!!! :d ya extrañaba comentar en tu blog :d le veo nuevo aspecto :d que bueno :d creo que por fin podre entrar a verte otra vez:d (osease a darte lata)

Excelente historia :d me gustaria que alguna vez siendo viejita me encontrara con mis mas queridos amigos, que por azares del destino se quedaron en el tiempo:S :/ y tambien poderte conoser a ti:d saluditos renuevos:d

Jim dijo...

Aqui esta mi comentario:::::

Jim dijo...

En el siguiente::::

Jim dijo...

Joooder tiiia!!!(con perdón). . . No puedes terminar así!!!.( jejeje). . . .
En serio. . . .
Carta de Jim a la autora(ósea a Beatriz):
“Estimada Beatriz. Sus relatos no pueden acabar así. No lo digo por mí, sino por sus protagonistas.
En el relato anterior; asesine a su protagonista. La culpa no fue mía, sino que con tanto dulce, tanto dulce. . .le mate “dulcemente”.
Mas tarde, cuando usted me rebatió mi asesina decisión decidí resucitarle al igual que hacen los guionistas de las series españolas (que triste,jejeje).
Ahora me siento mejor por no ser un “dulce asesino”.

Cordialmente; el señor Jim
Jajaja"


No puedes dejar los finales a mi decisión, imaginación, locura. . .¡No puedes!(que trágico me estoy poniendo eh?).

Esta bien.
Como si de un psicotécnico se tratara, te voy a exponer 3 opciones para el final, y tú me dices cual se acerca mas “al final”

1) Prieto está esperando en el aeropuerto para reunirse con un viejo amigo que quedo hace 40 años. (En esta versión omito intencionadamente a María, Sofía e Iberia)jejeje

2) Prieto está esperando a que llegue Franccesco para pedirle perdón por haberle quitado a Sofía. Por culpa de esto, Franccesco decide cambiarse de sexo y cuando aterriza, mata a María y suplanta la identidad de ella. Cuando Prieto llama a María es Franccesco el que responde y…..vivieron felices y comieron. . . mejor no digo lo que comieron, ya que el cambio de sexo de Franccesco no fue completo, jajaja.

3)Tercero y último: Prieto se caso con Sofía pero en realidad al que quería era a Franccesco.
Franccesco quería a María, pero como Prieto le acosaba decidió coger un avión y huir a la ciudad maya de Palenque. Mientras se dirigía a dicha ruina, su avión fue abducido por un ovni que no le devolvió hasta 40 años después: ¡Justo para la cita con Prieto!. Al bajar del avión vio como Prieto llamaba por teléfono. Justo en ese momento todo el aeropuerto exploto por los aires!!!! pUUUmmmmmmm!!!!!,jajajaja


JOOODER!!. . .¿Ves lo que pasa cuando dejas el final a mi imaginación?. . . .jejeje.

TRES últimas frases:
Primera Frase: Dime como termina poooorfaaaaa. . . .
Segunda Frase: ¿Por qué últimamente siempre medicas a alguien en tus relatos?. . .
Tercera Frase: “¡Locura; Bendita Locura! ¡No me abandones nunca! Jajajaja”

Besos

Beatriz dijo...

Me vas a volver loca con tus interpretaciones. Eres tú el hombre de las infinitas imaginaciones,( esto está muy bien y me sirve para otro cuento) el de la fantasía desbordada, el que ve mmás allá que mis inspiraciones. Eres en realidad como un personaje más dentro de mis relatos, curioso e intrigante y que a veces consigue que me replantee que quise decir cuando dije lo que he dicho. Y como hay veces la tierna Beatriz muestra su faceta malvada, por ahora quédate con la duda o escribe el mismo texto con el final que tu le pondrías. No lo tomaré como un plagio, sino como un acto de solidario corporativismo. ¡Qué bien me lo paso con tus ocurrencias! ¡Ah, casi me olvido saludarte con tu... je, je, je,!

Beatriz dijo...

Hola Rous. Yo también te extrañaba. Pensaba que nos habías abandonado. Los encuentros con viejos amigos son siempre agradables . Es como rescatar pedacitos de vida. De cualquier manera yo he dejado el final del cuento, como en un compás de espera para que sean vuestros comentarios los que me lleven a tomar una determinación final.¿se encontrarán o no estos dos grandes amigos?, ¿Podrá seguir una amistad, cuando la vida les ha trazado distintos caminos?.En el próximo capítulo la respuesta... un beso

Jim dijo...

Jajajajaja, y lo peor es que me sale todo de corrido. . .me pongo a escribir y no tengo ni que pensarlo, jejejeje. . .mi imaginación siempre va un par de pasos por delante de mí!.

Besos

Beatriz dijo...

Vamos Jim, adelante, da rienda suelta a esa desbordante inspiración que tú tienes.Te estoy retando a un duelo literario muy personal.A ver si escribes mi texto con otros finales .Soy buena, prometo leerte y además hacerte un comentario constructivo( y no destructivo como hacen algunos....y luego se escudan en sus Locuras. Me diviertes, gracias

Jim dijo...

Acepto el reto(amistoso)!
Antes del Lunes(déjame un par de días, que los fines de semana son muy duros para mi, jejeje) tendrás TU relato publicado en mi blog y con MI "final!". . . . .(me ha molado tu idea!)

Besos

Beatriz dijo...

Vale, me ha gustado que te prestes a mi propuesta , pero eso tiene una letra pequeña (que nunca leemos ) y como en todo pacto, quedas sometido a que yo en algun momento sienta la necesidad de adueñarme de un texto tuyo y darle otro matiz. ¿ACEPTAS?- que bueno, estoy impaciente por leer tu final, y además, por lo que creo conocerte a través del blog ya me imagino por donde irán tus ideas. Locuras, locuras y más locuras. El texto que quede mejor debe llevar nuestras dos firmas bloqueras, y si no ten cuidado que tengo Copyraigt(¿ se escribe así?
saludos y demuéstrame tu coeficiente intelectual. jajajaja!

Jim dijo...

Jajaja, no te preocupes, publicare tu texto en mi blog en color negro y mi final en color Rojo. Por una vez romperé la regla del folio!(que es no publicar nada que exceda de tal, ya que puede que a la gente le asuste tanta letra), pero nos arriesgaremos.

Bueno, final loco,loco,loco, no es en lo que estaba pensando. . .sino en más bien un final! pero bueno, ya lo veras. . . todavía tengo un día de plazo, jejeje.

besos

Infinito Jordi dijo...

Tal vez te interese, en Desde Madrid.

Un abrazo.

Jim dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...
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