"Con la palabra se ve lo no visto, o incluso lo no visible"-
EMILIO LLEDÓ. El silencio de la escitura

domingo, 15 de noviembre de 2009

DESAMPARO


Él lo encontró allí. De repente, en una calle cualquiera, se enfrentó con esa soledad impuesta.
Un cuerpo cansado, deshabitado de afectos, vacío de voces que le devolvieran su identidad, se había acurrucado en la acera. Cuna de los sin nombre, de los sin nadie. De los sin nada.
¿Quién lo había arrojado a esa libertad de huérfano?¿Acaso fueron la dulzura de sus ojos, los bostezos a los pies de su dueño solicitando ternuras, merecedores de ése abandono? Hospedado en el desamparo, en noches sin rincones propios, despojado de manos que acariciaran su lomo, sin su manta raída junto a una cama, sin olores reconocibles...se había abandonado. Y desandando caminos extraños, exhausto, había cerrado los ojos a una vida que no le pertenecía.
Él lo encontró allí. Su mirada a través de la lente percibió la tristeza. La cámara captó su desamparo. Sólo unos segundos bastaron para fijar el gemido del alma, el dolor y la belleza de una imagen fundida entre los matices amarronados de una pared que amparaba aquel cuerpo, que disimulaba la intensidad de esa desesperanza.

Fotografía : Pablo Tello
¡va por ti hijo!

18 comentarios:

Raquel Barbieri dijo...

Me conmovió mucho, Beatriz.
Te encontré en lo de Dante.

Cariños

Beatriz dijo...

Raquel,
Gracias por visitar mis rincones. Siempre me presento cuando alguien viene a visitarme por primera vez. Mis post son simplemente palabras que se van hilvanado a través de la observación de la vida, de simples y cotidianas cosas que suceden a cada instante y que luego me permiten imaginar, y contaros historias. A veces consigo mi objetivo...emocionar
Otras, simplemente me dan la satisfacción que lleva implícita la escritura...el uso del lenguaje, el jugar con las palabras.
He visitado tu casa , plena de hermosos sentimientos en tus post.
Por cierto he encontrado en uno de ellos el nombre de mi madre ...Romelia. No he conocido a nadie que se llame como ella y por eso me he sorprendido.
Un beso,y mi casa estará siempre abierta para gente con sensibilidad
como la tuya.

Poli dijo...

Beatriz bellísima la foto!
que lindo el relato, que real, y que cotidiana esa situación por estos lares... que triste.
Anécdota que me puso muy feliz: En frente de casa viven varios perritos, a una atropelló un auto. Sus dueños no se hicieron cargo, pero si una vecina. Hace una semana sacó el primer premio en una de esas exposiciones de belleza. Toda chuequita, toda negra. Hermosa!
Besos Beatriz!!!

Raquel Barbieri dijo...

Gracias Beatriz por tus sentidas palabras y la bienvenida que me diste.
Seguiré pasando y cuando quieras visitarme, serás bienvenida también.

Un beso :)

Beatriz dijo...

Hola Poli, ya te espero en mis rincones, aunque sólo sea para un simple ¡Hola! Sé que tenemos tantas cosas en común, lo presiento . Hermosa la historia de la "chuequita". La belleza no está sólo en lo perfecto y a veces la imperfección está oculto en lo más hermoso. Hace falta que lo descubramos con los ojos del alma.
Un beso

Diana H. dijo...

Cuánta belleza, cuánto sentimiento. Los animalitos abandonados o que habitan la calle al amparo de unos vecinos bienintencionados que los alimentan, si tienen suerte, es algo que siempre me ha causado mucha emoción. En especial los perros: no sé, se me hace que los gatos nacen con más estrategias para la supervivencia. O que no necesitan tanto de la caricia. Quizás es una visión mía, me conmueven más los perros.
La mía me mira, busca mi mano y yo me derrito.
Un beso grande, amiga.

Dante Bertini dijo...

hola a todas!
de los animales abandonados pefiero no hablar. Duele.

Antonio Tello dijo...

Magnífica foto de Pablo. Este chico tiene un punto poético ¿será el ADN?
El relato me gusta aunque duela. A veces es preferible hablar del dolor que provocan los seres indefensos, ya sean personas o animales, que del lloriqueo de los que no tienen agallas para vivir o de los excesos de los egos.

Lunaria dijo...

Estas cosas me parten el alma. Si por mí fuera, le daba amparo a todo animalito desamparado que me encuentro.
Anoche precisamente vi un reportaje de un perrito abandonado que tuvo un final feliz. Por desgracia, no todos acaban igual.

Beatriz dijo...

Luzdeana, sé de tu cariño por los animales.
Este post (aprovechando la fotografia de Pablo( pretende reflejar una realidad a la que los "seres racionales" nos vamos acostumbrando. Se abandona un animal como si de una bolsa de trapos viejos se tratara.
Sin embargo los que hemos compartido muchos momentos con ellos sabemos que tienen alma, que sienten, que se entristecen, y que se alegran con nuestros mimos.
Yo compartí momentos inolvidables con mi Sammy. Desgraciadamente ya no la tengo a mi lado.Y hasta ahora siento que no la puedo reemplazar.
Un beso, amiga.
Pronto estaré por esas tierras tan queridas, y en las que me quedan muchísimos afectos-

Beatriz dijo...

Gracias Dante por acercarte (y no te me quedes mudo)
Me basta tu visita siempre esperada. Un beso

Beatriz dijo...

Antonio,
¡Qué orgullo de familia!.
Me quedo con la sensibilidad para descubrir a los que sufren y movernos por ellos y sacar esa rebia contenida aunque más no sea para dar un grito de alerta. Que los otros, aquellos que viven mirando hacia otros lados, en donde todo es tan fácil y bonito tienen suficiente con desinfectar su propia conciencia.

Beatriz dijo...

Hola Lunaria,
Me pasa como a ti. Tengo debilidad por los animales.¡A que a veces nos compensan con creces lo que reciben de nosotros!. Tan sólo con mirarlos a los ojos nos basta para entender su ternura.
Me alegra estar rodeada por gente con tanta capacidad de entrega hacia los indefensos. Mi familia entre ellos
Un gran abrazo

Bowman dijo...

No nos damos cuenta del estado de desamparo y desorientación que tiene un perro al ser abandonado; esa rotura de esquemas, el miedo, la tristeza de un animal al que hemos domesticado por completo y que de pronto le devolvemos a un mundo donde no está preparado para sobrevivir.
Felicitaciones por tu bello texto y la foto que le acompaña.
Abrazos

Beatriz dijo...

Juan Carlos
Al abandonarlos se quedan sin guía, sin referencias, anulamos sus reflejos condicionados, es un "alma" a la deriva.
Me queda siempre la esperanza que alguien recogerá ese extravío. Los que amamos a los animales somos muchos.
Cariños-

Diana H. dijo...

Qué bueno que estés por venir. ¡Ojalá pudiéramos encontrarnos! Manteneme informada. Yo encantada de recibirte.
Otro beso.

Ricardo Guadalupe dijo...

La fotografía es fantástica. Un perro abatido cuya correa delata que ha sido abandonado, las frías losas sobre las que está tendido y la maraña de piedras superpuestas que quieren enterrar esa realidad. “Derribemos el muro de la indiferencia”, escribiría yo en esa pared.

Un abrazo

Beatriz dijo...

¡Hola Ricardo!,
Muy acertada tu frase "Derribemos el muro de la indiferencia" para todos aquellos que permanecen impasibles al abandono de animales.
Gracias por las elogiosas palabras acerca de la fotografía de mi hijo. Gracias en su nombre.
Un cariñoso saludo