
¡Cuántos instantes arrincona la melancolía!. Las palabras se silencian antes de pronunciarlas; mis ansias se herrumbran en el trastero sin permiso de salida; la pamela envejece en el armario esperando que otro sol desande estos amaneceres y sobre la mesa está aún mi última carta. Sin envío. Sin destinatario.
Es inacabable esta congoja que adormece los segundos del estío, insolidaria esta angustia que impide que mis pies desnudos calcen las sandalias rojas y salgan al encuentro de la vida antes que los desoriente la noche.
!Qué infinito y oscuro es el tiempo de abril a abril sin primaveras!.
Es inacabable esta congoja que adormece los segundos del estío, insolidaria esta angustia que impide que mis pies desnudos calcen las sandalias rojas y salgan al encuentro de la vida antes que los desoriente la noche.
!Qué infinito y oscuro es el tiempo de abril a abril sin primaveras!.
7 comentarios:
Beatriz, ¿tanta oscuridad hay en esa primavera? Estás como Dante hace unos días... con el ánimo en busca de unos mimos. Todos tenemos esos momentos... si no estuvieran ahí de vez en cuando, ¿cómo sería la llegada de un momento feliz, para distinguirlo de los demás?
Por ejemplo, yo estoy maravillada con lo sucedido en mi país en estos días. Y nos ha pasado a muchos, que no esperábamos vivir algo tan hermoso. Dejá que la vida te sorprenda con una alegría.
¡Acá van mis abrazos, amiga, que no te atrape la llegada del verano sin las sandalias rojas!
Querida Diana:
Las mimos son siempre bienvenidos, aún sin conjogas.
Sabes, a veces hasta me gusta sentir un poco de melancolía.
Siempre da para algo sentirse en ese estado. Como tú bien dices aunque sólo sea para diferenciarlo de otros estado de ánimo.
Ahora regreso de la playa, hace un día maravilloso, mis pies calzan unas sandalias rojas(se las pedí prestadas a la protagonista de mi texto... ¿? )y mi piel empieza a ponerse bronceada.
Me alegra saber que en mi país pasen cosas hermosa.
Un beso enorme.
Pronto te contestaré tu correo-
Querida Beatriz,
A mí también me gusta a veces atravesar un momento de melancolía, así cuando estoy contenta, el contraste es mayor y sé disfrutar de cada minuto sabiendo que no es un estado permanente.
Hermoso texto.
Besos :)
Raquel querida, ya te estaba extrañando.
Tal vez la melancolía te había envuelto con su dulzura.
Me alegro encontrarte en mi lugar.
un beso enorme-
Pura poesía en prosa: ritmo y belleza.
Francisco Ortiz,
encuentro tus palabras en mis rincones y me alegra que me visites. Tus comentarios tienen todo mi respeto y los agradezco.
Gracias Francisco-
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