"Con la palabra se ve lo no visto, o incluso lo no visible"-
EMILIO LLEDÓ. El silencio de la escitura

viernes, 27 de julio de 2012

LA SILLA





Ella
 me espera
vestida de óxido
retiene aún 
la hojarasca del  pasado
la silla 
me sobrevive
fui yo
quien se alejó
y murieron otoños
y abrigada en cenizas
a mi sombra
se le olvidó el regreso.


IMAGEN: Google

12 comentarios:

Anónimo dijo...

"A mi sombra se le olvidó el regreso", bellísimo, pero más allá de esto, me retrotrajo a una sensación que me habita cada vez que visito mi tierra natal, como si los objetos esperaran por uno, por un lado, y por el otro, continuaran con su vida sin nosotros. Quizás, nos esperan porque, de una u otra manera, nos acompañan siempre, en forma de recuerdos, pensamientos o imágenes.

Beso grande

Juan Herrezuelo dijo...

Es, la silla, como el esqueleto del tiempo, “vestido de óxido” –qué imagen tan bella-. Pero no morirán todos los otoños, ni se compactaran todas sus cenizas a los pies de nuestra sombra: el otoño vive en las hojas muertas, las cenizas son aventadas por nuestro decidido caminar hacia adelante…
Un beso, Beatriz.

Javier F. Noya dijo...

Muy bello poema. Todos tenemos esas sillas perennes, todos perdemos algunas sombras, quizá por fortuna, quizá como fatalidad. Besos.

Diana H. dijo...

Una silla es la viva imagen de una espera interminable... ella, y cuántos objetos más, aún en decadencia, habrán de sobrevivirnos.
Esa imagen despojada y lo breve de tu poema son de una gran armonía.
Un abrazo! (tengo tus números...)

Rossina dijo...

nos sirven como tácitos esclavos,
ciegas y extrañamente sigilosas!
Durarán más allá de nuestro olvido;
no sabrán nunca que nos hemos ido...

Ay Beatriz, no sabes cuanto me detengo a pensar en los objetos.
A veces, como dije alguna vez, los creo cómplices del último enamorado... otras muchas: detenidos, esperándonos.
Que este mes te de todo eso que necesitas. La pausa. El reparo. El resurgimiento. Un gran abrazo.

maria candel dijo...

Es cierto, pareciera que a todos nos espera en algún lugar una silla vacía que con el tiempo se va ha ido cubriendo de hojas secas y ceniza...

Un fuerte abrazo, Bea

silvia zappia dijo...

que no nos llueva el olvido


abrazos, beatriz*

Pitt Tristán dijo...

¡Hasta las sillas nos sobreviven!
Al menos nos queda la poesía, gracias.

Jeremias Flowers dijo...

Hola Beatriz, hermoso blog, ojala tuviera mi propia silla

Lucila Mar dijo...

Es perfecta la poesía... su música y su final.
Palabras enlazadas que nos llevan a meditar
Me encantó!!!!
Besos

Maruja dijo...

hola Beatriz, un bello poema. Feliz semana.

Vicente Corrotea dijo...

Hola amiga: Te extrañé mucho. Vivimos en lo cotidiano que la poesía hace resurgir embelleciéndolo. Me conmuevo al leerte. Mi amigo -uno de los más fieles- se fue agotando lentamente y he debido reemplazarlo. Mi ordenador pidió su relevo y estoy con un equipo nuevo y nos estamos conociendo. Ya le hableré de tí.
Abrazos.